domingo, 26 de diciembre de 2010

Sueño de Navidad


Llegaba la Navidad y las calles estaban en pleno apogeo, muchos iban y venían en busca de hacer realidad los sueños de grandes y pequeños.


Ana terminaba su ajetreada jornada de trabajo, todo el día entre números, frente a la pantalla del ordenador. Llegó a casa pensando en tirarse en el sillón y olvidarse de todo, pero el camino a casa fue tan duro y tan difícil de realizar porque vive en medio de todo ese bullicio, que no tenía fuerzas ni para pensar.


Se sentó en el sillón y sólo le dio tiempo de darle al botón del mando, el sueño venció sus fuerzas y quedó profundamente rendida en los brazos de Morfeo.


Le pareció escuchar su nombre. – Ana, hola, ¿estás ahí? – pero ella siguió en su sueño. – Ana, estoy hablando contigo, escúchame, tengo algo que decirte, llevo mucho tiempo intentando comunicarme contigo pero tú no me escuchas – Ella sintió que despertaba de su sueño, pero su cuerpo parecía no responder. A pesar de eso no luchó contra la voz, sino que se dejó llevar por ese dulce sonido.


- Como veo que estás dispuesta a escucharme te contaré cuáles son mis preocupaciones. Ya te he dicho que llevo mucho tiempo dándote toques, llamando tu atención, intentado que me vieras, he usado muchos medios para que me pudieras encontrar en tu vida, pero nada, tú seguías tu camino.


He visto que andas perdida en medio de tus números, que no ves más que la pantalla de tu ordenador, hace mucho tiempo que tu vida sigue un camino recto, sin mirar a los lados donde hay muchas cosas interesante, unas muy buenas: la familia, los amigos, gente que necesita una palabra tuya, tus compañeros de trabajo que quieren verte sonreír y disfrutar; otras más preocupantes: gente que podría contar con tu ayuda tanto económica como personal.


Parece que tu vida está guiada únicamente por trabajar, ganar tu sueldo y poco más. Te voy a presentar varias situaciones muy cercanas a ti y que tú no eres capaz de ver, estás MUY OCUPADA.


1- Esta es tu familia: tu madre ya mayor, le gustaría que de vez en cuando fueras a verla, a estar con ella, escuchar cuánto te quiere y cómo te echa de menos; tu padre que también está mayor y que dedica parte de su tiempo a ayudar a tus hermanos con sus hijos, hace de abuelo divertido, pero piensa que podrías hacer de tía encantadora con ellos, recuerda cómo te gustaba jugar de pequeña con él y tus hermanos. Tu hermana pequeña, que necesita los consejos de su hermana mayor, pero que nada le puede decir porque no tiene ni tiempo para vivir.


2- Seguimos nuestro recorrido: lo recuerdas, es la casa de tu mejor amiga, bueno de la que fue tu mejor amiga, para ella sigues siendo alguien especial, pero su vida tomó otros caminos, se quedó embarazada siendo adolescente y no pudo estudiar como tú, sus padres no tenían muchas posibilidades económicas y ella comenzó a trabajar, ahora tiene su propia vida, pero siempre compartida con su hijo, quien le hace ser la persona más feliz del mundo, aunque a veces sufre porque le gustaría tenerte cerca. No le va muy bien económicamente pero la felicidad llena su vida, trabaja en todo lo que puede pero nunca le falta la mejor paga, su sonrisa. Te sigue llevando en el corazón, pero parece que ese espacio está vacío, frío, sin tu presencia.


3- Por último te voy a enseñar algo muy curioso: esta eres tú, así llegarás a ser en unos años, una mujer sola, no comparte su vida con nadie, no hay un amigo ni una familia con la que compartir estos días tan especiales. Tú has ido haciendo este camino, sola, sin nadie que te moleste, sin que te estorben para tú poder TRABAJAR. Pero al fin y al cabo es lo que tú querías ¿no?, trabajar, trabajar, trabajar, conseguir tus metas, tú y tus cosas.


Ana dio un brinco en el sillón, vio que estaba sola, la tele encendida con un programa documental. Buscó en los canales la voz que había escuchado, pensó que podía ser una película que escuchaba mientras dormía, pero ninguno de los muchos canales de la tele tenía esa voz. Se levantó a beber un vaso de agua, su corazón latía a toda velocidad, no sabía si el estrés del final de año le había sacado ese sueño del subconsciente. Pero al sentarse otra vez en el sillón, ya despierta, volvió a escuchar la voz: - Ana, soy yo, Dios, no lo has soñado, es tu vida, es tu futuro, llevo tiempo queriéndotelo decir pero no me has escuchado, sólo quiero que seas feliz, que lo seas haciendo felices a los demás, es la única manera de alcanzar la verdadera felicidad. Bueno aprovecha esta época te será más fácil, además todos están deseando verte a su lado, no lo olvides. Yo también estoy aquí, cerca de ti, no lo olvides.