jueves, 7 de agosto de 2008

Si tú fueras yo, ¿qué dirías?

En estos días he podido reflexionar sobre lo difícil que es saber decir las cosas a los otros, no sólo por tener o no tener confianza, a veces creemos tenerla con algunas personas pero no sabemos decirles lo que pensamos con la suficiente tranquilidad y buenas maneras para que no se forme un conflicto.
Dicen que un joven muy timido , no sabía como enfrentarse a un buen amigo suyo para decirle que, a veces, sus afirmaciones y su forma de actuar le hacían mucho daño.
Este joven, todos los días se proponía hablar con su amigo, se colocaba delante del espejo y ensayaba su discurso, incluso llegó a colocar en el espejo una foto de su amigo para hacer más real la situación.
Pero todo esto quedaba en buenas intenciones, porque cuando se encontraba con su amigo, al que apreciaba mucho, dejaba a un lado si valor, sus ensayos y seguía aguantando aquello que le molestaba, sin rechistar.
Un día el amigo se acercó y le dijo: "Si tú fueras yo ¿qué le dirías a alguien que no puedes aguantar las reacciones que suele tener contigo?". El joven quedó sorprendido, parecía que el amigo le leía el pensamiento y le estaba dando la oportunidad de expresar todo aquello que llevaba ensayando tanto tiempo.
No lo pensó dos veces, comenzó por explicarle cómo se sentía, a describirle cada una de las reacciones que le molestaban, a decirle que en muchos momentos había pensado en dejar de ser su amigo pero que los lazos de la amistad podían más que las molestias. Así, con mucha tranquilidad, con mucho amor, le hizo caer en la cuenta de todas aquellas cosas que debía respetar de su amigo; pero aprendió otras lecciones: saber esperar los momentos más oportunos, no rendirse a la primera, estar al lado del amigo cuando le necesita... y, sobre todo, que la palabra abre muchas puertas y una muy grande, la de la amistad verdadera.

2 comentarios:

Eva dijo...

¡Hola, Makuli! Me ha gustado mucho tu articulillo. Creo que es muy importante la comunicación entre las personas en general (cuantos más puntos de vista, más cerca de la realidad estamos) y, más aún, entre familia o amigos. Quizá la fórmula para no herir pase símplemente por comentar lo que te molesta (y cuanto antes mejor)... pero sin juzgar las acciones (vaya, sin reproches), ya que, como escribe Jorge Bucay: "nadie ha nacido para complacerme a mí". Desde mi punto de vista, cada uno es lo que es, aunque, por supuesto, podamos mejorar algunas cosillas poco a poco. Bueno, sigue escribiéndo, que lo haces muy bien. Eva.

Anónimo dijo...

te estás haciendo una experta en escribir de forma clara, concisa y directa.
Siempre fuiste una buena comunicadora, aunque a veces tu mensaje o fuera entendido o escuchado con atención.
Lo que está claro es que sigues siendo quien eres a pesar de los pesares y pese a quien le pese.Has elegido un buen día para publicar ese comentario.
Kawa