Un anciano al final de sus días le dice a Dios: "He nacido, he crecido, he vivido, llego al final de mi vida... y Tú no has hecho nada para que yo te sintiera dentro. Tantos dicen que te sienten, que estás con ellos, y yo sigo esperando que vengas y estés un rato conmigo ahora que se acerca mi fin".
Dios, con lágrimas en su corazón le respondió: "Te di la vida, te acompañé durante todo el camino, puse a tu lado personas que te hablaban en mi nombre, susurré a tu corazón en los momentos duros y también en los felices, llevo toda tu vida esperando este instante y hoy soy feliz porque comienza tu vida en mi".
No esperes a que Dios venga a tu vida, párate y respóndele: "Aquí estoy, te he encontrado"
Dios, con lágrimas en su corazón le respondió: "Te di la vida, te acompañé durante todo el camino, puse a tu lado personas que te hablaban en mi nombre, susurré a tu corazón en los momentos duros y también en los felices, llevo toda tu vida esperando este instante y hoy soy feliz porque comienza tu vida en mi".
No esperes a que Dios venga a tu vida, párate y respóndele: "Aquí estoy, te he encontrado"
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